El
progreso tecnológico ha contribuido a aumentar la diversidad y complejidad de
los desechos que contaminan el medio ambiente. El gran crecimiento en la
producción de aparatos eléctricos y electrónicos que, gracias a la innovación
tecnológica y la globalización del mercado, acelera su sustitución y por lo
tanto su desecho, lo que produce diariamente toneladas de basura electrónica..
Una encuesta efectuada en 2006 por Ipsos Mori en nueve países indica que apenas
43% de mil encuestados sabía que las computadoras personales y otros aparatos
electrónicos contienen materiales dañinos para la salud humana y su entorno.
En
nuestro país la cultura de reciclaje es muy pobre, por lo que es importante
impulsar propuestas orientadas a promover el reuso de la basura electrónica y
tratar de que las empresas que producen los aparatos electrónicos asuman la
responsabilidad de hacerse cargo de sus productos cuando sean desechados por el
usuario, creando sitios de acopio de estos materiales. La normatividad que
existe es suficiente para un buen manejo de la basura electrónica como tal,
pero falta la delimitación de responsabilidades en su manejo por parte de todos
los sectores.
Los
aparatos electrónicos provocan una enorme contaminación atribuida al tipo de
sustancias que se utilizan en su fabricación. En la manufactura de las
computadoras y electrodomésticos se emplean frecuentemente dos grupos de
sustancias que son nocivas para la salud humana y para el ambiente: los compuestos
orgánicos policromados, llamados también retardadores de flama (bifeniles
polibro minados o éter difenil hexavalente), que se usan como aditivos en los
plásticos, y metales pesados como plomo, mercurio, cadmio y cromo en la
elaboración de los dispositivos electrónicos. Además, contienen oro y arsénico,
por lo que la contaminación por residuos electrónicos está alcanzando una
magnitud alarmante.
Según los estudiosos, tales materiales contaminan el suelo, el agua, el aire y en general los ecosistemas, y representan un problema de salud para la población que todavía no ha sido percibido como tal en algunas regiones, ni considerado en los planes de desarrollo para su adecuado manejo. Por ejemplo, se ha reportado que la contaminación del agua con materiales tóxicos como el plomo, cadmio o mercurio (los mismos que se utilizan comúnmente en la fabricación de material informático) es hasta 190 veces más alta que la aceptada por la Organización Mundial de la Salud. En nuestro país puede verse con frecuencia que los ríos de los alrededores de las grandes ciudades están abarrotados de cristales rotos, circuitos electrónicos y plásticos de todo tipo.
Según los estudiosos, tales materiales contaminan el suelo, el agua, el aire y en general los ecosistemas, y representan un problema de salud para la población que todavía no ha sido percibido como tal en algunas regiones, ni considerado en los planes de desarrollo para su adecuado manejo. Por ejemplo, se ha reportado que la contaminación del agua con materiales tóxicos como el plomo, cadmio o mercurio (los mismos que se utilizan comúnmente en la fabricación de material informático) es hasta 190 veces más alta que la aceptada por la Organización Mundial de la Salud. En nuestro país puede verse con frecuencia que los ríos de los alrededores de las grandes ciudades están abarrotados de cristales rotos, circuitos electrónicos y plásticos de todo tipo.
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